martes, 29 de junio de 2010


Podés decir lo que necesitás decir diciéndolo, o diciendo exactamente lo contrario.
 También podes decir algo con un gesto, con un guiño, el cuerpo te ayuda a decirlo. 
A veces con el silencio decís todo. A veces una canción te ayuda a decir lo que
  necesitás decir.  Otras veces hay que pegar un grito. Pero cuando no decís lo 
que necesitás decir ni con palabras, ni gestos, ni con silencios, ni gritos, 
eso que necesitás decir se revela y habla como 
puede. 
Dicen que cuando uno no puede decir lo que necesita decir
el cuerpo habla. Algunos tienen dolores de panza, de garganta
o de cabeza, otros tienen alergia. 
¿Un dolor de panza siempre significa miedo? ¿Un tic nervioso siempre 
significa nerviosismo? ¿Un dolor de garganta siempre indica que 
hay algo que se quiere decir y no se puede? ¿Un sueño se interpreta
literalmente? ¿Un sueño quiere decir solamente lo que dice? 
Dicen que un dolor de cabeza puede ser por contractura o por pensamientos que
dan vueltas y vueltas por tu cabeza ¿Siempre es así? 
Una alergia es cuando el cuerpo se defiende exageradamente de agentes que
interpreta como nocivos  ¿Por qué tu cuerpo cree que debe defenderse? 
Cuando tenés una pesadilla podes decir “¿Habré comido pesado anoche?”, pero si
 te animás a ir más allá tal vez descubras el verdadero mensaje que ese sueño
te trajo. El cuerpo tiene un lenguaje muy sutil. 
Un dolor de panza no siempre es miedo, tal vez es solo un aviso que te recuerda 
cuáles  son tus tiempos, tu estilo, tu manera. 
Los dolores son alarmas que te da el cuerpo para avisarte que algo 
no anda bien, y el dolor no se va a ir hasta que descubras que es. 
A veces un dolor te está diciendo que tenés que actuar, que algo tenés que hacer. 
Así de simple, tu cuerpo seguirá hablando hasta que por fin escuches 
 el mensaje. 
 

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