jueves, 9 de septiembre de 2010

Cuando escribís en una computadora y te equivocas es fácil, haces click en "deshacer", corregís y seguís, pero en la vida es un poco más complicado. Nos encantaría que existiera un botón para deshacer nuestros errores, sería más fácil. Un descuido, un error, un deslíz y todo cambia, ya no podés hacer "borrón y cuenta nueva". Pero si existiera una forma de volver atrás y corregir lo que hicimos mal, ¿no lo harías? 
Vivimos a mil y no le damos importancia a los detalles, a los cambios sutiles, cotidianos, y ese detalle mínimo nos puede cambiar la vida. Una palabra no dicha a tiempo, un gesto a destiempo y lo que era la solución a nuestros problemas, pasa a ser un problema. Creemos que las grandes tragedias son las causadas por grandes errores, pero a veces un detalle, algo que no debería ser dicho, es el aleteo de la mariposa que desata la tormenta, y una vez desatada la tormenta uno quisiera volver el tiempo atrás, a esa palabra no dicha, a ese gesto que no se hizo. A veces, por más que uno sepa qué fue lo que desató la tormenta y sepa como rebobinar la película, no puede volver atrás, no puede frenar el efecto mariposa. En cualquier sistema, por definición, siempre se comete un error, pequeño, insignificante, pero siempre hay una falla. Causa y efecto. Un pequeño error que produce grandes cambios, una mariposa que produce un huracán. Detalles, pequeñas fallas, descuidos que escapan de nuestro control. Eso nos dice el efecto mariposa, no podemos controlar todo.

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