martes, 22 de marzo de 2011

- Vamos a correr por la orilla de la playa.
- No aguanto nada.
- Dale hasta el muelle. (el muelle se veía cerquita).
-Bueno. Hasta el muelle y después caminamos eh.
 Mi no-estado físico no me permitió llegar ni a la mitad de lo pactado.
- Si vos corrés para atrás y yo para adelante seguro vos te cansás más rápido que yo vas a ver. Y encima corro más rápido.
-Sabés que no.
-Probemos.

Él corría para atrás y yo intentaba hacerlo más rápido, mirandolo de frente, embobada por la cara particular que pone cada vez que se está esforzando en algo. El tiempo pasó disimuladamente entre risas, cansancio y dolor de pies por algún que otro caracol roto en la arena.
Gané porque me superé a mí misma y hasta lo pasé. (Mentira. Me dejó ganar en realidad.)
Creo que cualquier persona que nos mirara, pensaría que somos dos tontos.
No creo que esten muy equivocados, pero sinceramente fue lo que menos me importó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario