martes, 25 de octubre de 2011

Aprenderás la diferencia entre dar la mano y socorrer a un alma. Comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de un niño y no con la tristeza de un adulto. Aprenderás y aceptarás incluso que las personas buenas podrían herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas... Aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma. Descubrirás que lleva años construir confianza y apenas unos segundos destruirla y que tu también podrás hacer cosas de las que te arrepentirás el resto de tu vida. Descubrirás que muchas veces tomas a la ligera a las personas que más te importan y por eso siempre debemos decir a esa persona que la amamos, porque nunca estaremos seguros de cuando será la ultima vez que la veamos. Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que nos rodea tiene influencia sobre nosotros, pero que nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos. Comenzarás a aprender que no nos debemos comparar con los demás, salvo cuando queramos imitarlos para mejorar. Descubrirás que lleva mucho tiempo llegar a ser la persona que quieres ser, y que el tiempo es corto. Aprenderás que no importa donde llegaste sino a donde te diriges y si no lo sabes cualquier lugar sirve…  Aprenderás que si no controlas tus actos ellos te controlan y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuan delicada y frágil sea una situación: Siempre existen dos ladosAprenderás que héroes son las personas que hicieron lo que era necesario enfrentando las consecuencias... Descubrirás que algunas veces, la persona que esperas que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las pocas que te ayuden a levantarte. Madurar tiene más que ver con lo que has aprendido de la experiencia, que con los años vividos. Descubrirás que solo porque alguien no te ama de la forma que quieres, no significa que no te ame con todo lo que puede, porque hay personas que nos aman, pero no saben como demostrarlo... No siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces tendrás que aprender a perdonarte a ti mismo. Aprenderás que con la misma severidad con que juzgas, también serás juzgado y en algunos momentos condenado. Aprenderás  que no importa en cuantos pedazos tu corazón se partió, el mundo no se detiene para que lo arregleEntonces y solo entonces sabrás realmente lo que eres capaz de soportar; que eres fuerte y que podrás ir mucho más lejos de lo que pensabas cuando creías que no se podía más. Es que realmente la vida vale cuando tienes el valor de enfrentarla.
 

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