sábado, 26 de noviembre de 2011

Peleamos por el simple hecho de defendernos ¿sólo eso? ¿Peleamos para demostrar que somos más que otros? ¿ peleamos por barderos? pero también peleamos para no aflojar, para no pensar que todo se acabó, o para que no se acabe. Hay veces que todo terminó pero no sentimos eso y queremos seguir, y es ahi donde nos fortalecemos más o caemos a fondo. (Caer a fondo es cuando más duele pero también cuando mas se aprende.)
Todo interviene, todo te forma día a dia. Uno se cansa de pelear y al mismo tiempo este estado nos hace adicto a la pelea, nos enojamos hasta con el perro porque no nos mueve la cola y todo se expande, un simple tropezón puede ser motivo de mil puteadas que ni nos acordamos lo que dijimos, porque alguien no te responde un mensaje podria llegar a cambiar el estado de humor y tener una mala cara. No entendemos que nuestra forma de estar actual no es ni por el tropezón ni por el mensaje sino por esa acumulación de cuestiones que nos van pasando,entonces entramos en un pozo de mala onda donde el piso del pozo esta hecho de mala onda, las paredes lo mismo y miramos para arriba y no vemos otra cosa que mala onda y esto se intensifica y cada vez es más y más y más, ¿saben hasta cuando? Hasta que te das cuenta que las personas que te bancan con mala onda, un día no lo hacen más. Que ellos también pueden estar en un mal día y no tener ganas de soportar tu cara o tus malos comentarios. Cuando de repente te sentís solo, onda que sino hay nadie que te escuche bardear, o te pregunte qué pasa, no tiene sentido. Sos vos y tu mala onda, nada más. Ahí es cuando, decimos basta. (o al menos yo.)
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario